
¿Por qué no iba a amarme yo a mí?
Soy el amo
Amarse a sí mismo no es egoísmo
Para amar a los demás. Rafael Lechowski
Desequilibrio del amor
Erich Fromm fue uno de los primeros autores en hablar precisamente del egoísmo en el amor. Según el autor de El miedo a la libertad o El arte de amar, hay quien concibe las relaciones como un escenario claramente instrumental orientado a tomar y recibir. Son hombres y mujeres incapaces de ver más allá de su preciada esfera personal.
Pero esto se da debido a diversas condiciones contextuales al fenómeno amoroso y esto es porque escencialmente en el juego de poder social/biologico existen desequilibrios sobre la atracción y compromiso entre uno y otro de los participantes, esto no representaría un problema por lo general sin embargo cuando las personas en la dinámica son propensos a repetir patrones abusivos en la relación.
Aclarando lo anterio se hace pertinente señalar lo que decía Abraham Maslow que no todos los comportamientos egoístas son malos. No al menos hasta que comprendemos qué motivaciones los guían y definen.
EGOÍSMO NOCIVO
Es importante delimitar dónde esta la diferencia, para lo negativo o nocivo creo que es más sencillo.
Aquellas actitudes que se desarrollan a cuestas del otro emn detrimento de su bienestar y limites con el único objetivo de satisfacer caprichos.
Dicho de ese modo puede parecer engañoso pero veamos el siguiente punto para marcar la diferencia.
EGOÍSMO POSITIVO
Es importante tener en cuenta que cada uno es un individuo libre y por lo tanto no puede ni debe depender del otro, cuando esto se tiene claro, se marca la diferencia quizá más importante.
Socialmente suele interpretarse como egoísta pero las decisiones básadas en primar el bienestar individual así como los límites claros y empáticos serían parte del egoísmo positivo.
Autoestima
El amor propio es antes, durante y después del noviazgo, no puedes dar lo que no tienes. Si no, se te puede dificultar recibir amor de los demás, ya que no estás impuesto a darte amor a ti mismo
Por más conscientes que seamos de las ventajas de querernos tanto a nosotros mismos como a los demás, no aprenderemos a hacerlo sin realizar un trabajo personal y sin observar ejemplos y modelos que nos permitan reconocer distintas formas de vinculación afectiva. Según las investigaciones realizadas por el neurólogo, psiquiatra y escritor Boris Cyrulnik hay que intentar observar a diferentes personas y estilos afectivos a lo largo de nuestra vida para ello.
La clave de todo está en trabajar tu autoestima. La autoestima es la relación que tenemos con nosotros mismos. Esta relación será mejor o peor dependiendo de cómo nos veamos, de la imagen y del concepto que tengamos de nosotros mismos.
Hábito 1: El cuidado de tus pensamientos.
Hábito 2: El cuidado de tu cuerpo físico.
Hábito 3: El cuidado de tus emociones

Esa gota de egoísmo, ese momento en el que la mirada se vuelca hacia nosotros para cuidarnos, para valorarnos, para protegernos, es lo que después llamamos DIGNIDAD, es lo que hace que después tengamos algo para darle a los demás
